Me mira, es la misma, siempre la misma
esa mujer me ha quitado los ojos,
los pómulos, incluso la sonrisa.
Estoy ante el espejo,
si levanto la mano y ahueco el mechón,
ella, la misma que me copia, lo desparrama,
quiere ser como yo, es una copiona y vive de revés.
Y anda al revés, y come al revés y besa de torcido,
y nada las arenas mientras en paralelo
navego de gaviota.
Le saco la lengua y se traga el mar.
Le voy a dar la mano si hemos de ser una,
con esta condición :
que no me ponga arrugas donde se iza el alma.
esa mujer me ha quitado los ojos,
los pómulos, incluso la sonrisa.
Estoy ante el espejo,
si levanto la mano y ahueco el mechón,
ella, la misma que me copia, lo desparrama,
quiere ser como yo, es una copiona y vive de revés.
Y anda al revés, y come al revés y besa de torcido,
y nada las arenas mientras en paralelo
navego de gaviota.
Le saco la lengua y se traga el mar.
Le voy a dar la mano si hemos de ser una,
con esta condición :
que no me ponga arrugas donde se iza el alma.
1 comentario:
Maravilloso poema, Concha.
Te dejo un beso grande
Ana
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