No vengas
- me dijo -
que mis manos yacen frías y mi corazón muerto.
Y fui.
Y fuimos abrigo de las caricias,
lentas miradas...
... silencios.
De sus manos, los glaciares iban entrenando el tiempo como dos heliotropos
esparciendo la vainilla.
Sus ojos sobre mis ojos
- al cabo -
mares de aguamaniles.
9 comentarios:
Y fuiste, y al cabo aguamieles, no podía ser de otro modo mi reina.
Besísimos
Tu prince
Pues mira Princesa, sí, fui, naturalmente que fui y seguí yendo y seguí yendo y asó, hasta que de nuevo fuimos dos ¿ves?
Besos siempre, mi niña.
Inesperado encuentro. Mira donde te vengo a encontrar ahora. Realmente un placer volverte a leer.
Por cierto, quisiera hacerte una pregunta: ¿despareció el portal Poesía Pura? ¿Qué fue lo que pasó?
Estoy en contacto contigo.
Salvador Pliego
Mi blog: http://salvadorpliego.wordpress.com/
Reconozco mi supina ignorancia. Sabía de aguamanos, incluso del palanganero, aunque ese encuentro de miradas... bien merece un mar de ¡aguamaniles!
¡Qué hermoso es tu pasto de espumas, Concha!
Un beso
Manuel
Ahora que sé el camino hacia tu casa, lo he apuntado con GPS y todo.
Un besoabrazo, hasta allá
Tu poesía es Total
Rossana
Muy inspirada en estos versos. Bien!!!!
Qué gusto saber de ti. Un gran abrazo.
Te recomiendo aceptar mensajes con OpenID pues los que no tenemos cuenta en google se nos compica mas.
Ve en tu perfil.
http://salvadorpliego.wordpress.com/
Hola Concha.
Breve y excelente poema.
me gusta lavisión que ofreces y el sentiminto vertido en él y me gustamucho.
Una forta abraçada
Joan
ot
Delicado poema. Enlazo contigo para leerte detenidamente.
Un cordial saludo.
Que grato es ver que te "vean"...me encanta.
Saludos, Pastora.
Publicar un comentario